domingo, febrero 10, 2008

Crítica: Conociendo a Jane Austen

Director: Robin Swicord
Intérpretes: :María Bello, Emily Blunt, Kathy Baker, Amy Brenneman, Maggie Grace, Jimmy Smits
Estreno en España: 8 de febrero de 2008


Le damos un 5,5

¿Qué faltan ideas para elaborar el típico pastelón hollywoodiense que aborde temas como el miedo a la soledad y los anhelos de toda mujer madura? Eche mano a los clásicos y destrípelos a su antojo.

Diseccione la obra de una autora y, con algo de espíritu crítico –tampoco es necesario mucho-, saque su propia moralina: nadie pondrá objeciones a su tesis, sobre todo en este mundo dominado por el ocio de consumo rápido y, casi siempre, falto de sustancia.


En Estados Unidos se lleva mucho eso de hacer corrillos para analizar el contenido de un libro, vean si no la serie Perdidos, que en sí misma es una continua toma de conciencia literaria. No ganará el Premio de Fomento a la Lectura, pero la debutante en la dirección Robin Swicord, que venía de hacer guiones como las adaptaciones de Mujercitas y Memorias de una geisha, pone su granito de arena a esta sociedad cuasi-analfabeta. Como es –o se cree- más lista que nadie, demuestra que no sólo se ha leído Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad–o ha visto las adaptaciones-, sino que se asombra de haber hallado en la narrativa de Austen las claves para, desde la autocrítica, cambiar nuestras vidas.


Después de todo este rollo que me he soltado no crean que estamos ante la propuesta sesuda del año: detrás del análisis de seis libros de Austen –suena mejor como título- se esconde la típica colección de topicazos 'made in America' puestos en tela de juicio por una mujer que se esfuerza por aparcar el punto de vista femenino incluyendo en este club de lectura a un hombre que, como todos (Swicord dixit), sólo se mueve siguiendo su instinto.

Como entretenimiento funciona, sobre todo si el espectador no se deja inocular por el virus de la moralina, presente a lo largo de todo el forzado argumento.... Que salga con una sobredosis de azúcar ya es otra cosa: aunque el telón de fondo esté pintado por la inestabilidad emocional, el poso de amargura y los sueños por cumplir, no hay nada como una pátina de azúcar glass para suavizar el trago.

¿Qué creían? ¿Que iba a faltar en esta película un final feliz? Bueno, no nos adelantemos porque seguro que piensa ver esta propuesta facilona, sobre todo después de una jornada dura... Ya sabemos que la vida no es así, pero siempre está la pobre chica lesbiana para que reciba el guantazo de realidad.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Crítica: Astérix en los Juegos Olímpicos

Director: Frédéric Forestier y Thomas Langmann
Intérpretes: Gérard Depardieu, Clovis Cornillac, Benoit Poelvoorde, Alain Delon, Vanessa Hessler, Stéphane Rousseau, Jean-Pierre Cassel, Santiago Segura, José García
Estreno en España: 8 de febrero de 2008

Le damos un 5

Si ha crecido con las aventuras del pequeño galo, piénselo dos veces antes de sacar entrada. Si tiene niños, ya es otra cosa, aunque no pase por alto el nivel de exigencia del público infantil.

Desde Francia salió en 1999 la avanzadilla de Astérix y Obélix contra el César con el objetivo de conquistar el gusto del público del Viejo Continente. Pasó unos muy poco estrictos controles de calidad aunque hizo buena caja, al menos en Francia. Eso animó a los productores a mandar, tres años después, a nuestros queridos personajes a Egipto en Misión Cleopatra. Ahora bien, que la taquilla reventase en esas dos ocasiones no quiere decir que tengamos que sufrir una saga interminable.

Muchos, caso de la gran Monica Bellucci, ven lejana su participación en alguna de estas aventuras; a otros (Fernando Tejero, Mónica Cruz) les han apeado del proyecto en marcha, cuando los fotogramas pasaron por la mesa de montaje. A decir verdad, a nadie se echa en falta en esta película cuyo metraje puede resultar algo alargado y reiterativo para los más pequeños y que, para los adultos que deban ejercer de acompañantes, puede ser más llevadero si se anima a contar los cameos insertados y a suponer detrás de qué rostro se esconde el actor José García (El 7º día, de Carlos Saura)... No hay más donde rascar.

Vista como producto la mezcla resulta avispada, aunque no inteligente: uno de los cómic más atractivos del mundo de Astérix para llevar a imágenes (junto con el de las doce pruebas) convertido en superproducción europea –rodada en la alicantina Ciudad de la Luz- y destinada a satisfacer la demanda del público más joven y, quizás, menos crítico con el siempre controvertido concepto de la adaptación cinematográfica. Ahí está por ejemplo la continúa parodia de sí mismo que realiza Alain Delon, ¡oh César!

Seguro que es de los que echa en falta mayor fidelidad a los padres de la criatura, René Goscinny y Albert Uderzo, y menos dosis de efectos especiales y gracietas al hilo de la actualidad -eso incluye la colección de estrellas del deporte-... Si es de los míos, sepa que siempre puede recurrir a los largometrajes de animación basados en estos belicosos galos y los locos romanos, los de siempre.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

domingo, febrero 03, 2008

Crítica: Savage Grace

Director: Tom Kalin
Intérpretes: Julianne Moore, Stephen Dillane, Eddie Redmayne, Elena Anaya, Belén Rueda, Unax Ugalde, Simón Andreu
Estreno en España: 25 de enero de 2008


Le damos un 3

Esta recreación del drama de la familia 'de la baquelita' no es más que un folletín mal concebido, más cercano a lo endeble que a un relato sólido. Eso sí, Julianne Moore, como siempre, salvable.

No sé ustedes, pero yo estoy aburrido de la pretensión de algunos por no dejar indiferente a nadie... Que los desequilibrados personajes en los que está basado este relato novelesco tuviesen un cacao mental puede ser, hasta cierto punto, algo lógico e interesante para mostrar. Desde luego, los matices y dobleces son enriquecedores a la hora de hacer una película, pero que el director del mejunje –por cierto, nada barato- no tenga claro cómo contarlo, es algo que pesa como una losa.

El amigo Tom Kalin saltó a la palestra con un título clave en el New Queer Cinema, algo que me tuvieron que explicar –es la escisión más gay del movimiento independiente surgido en los noventa-. Entendido esto cuesta menos averiguar el porqué del cambio de rumbo del cineasta apasionado por desenterrar los secretos de la mente criminal y las historias fuera de lo común aunque curiosas por ser del todo reales. También es cierto que no vira demasiado el cineasta de Swoon, porque le va eso de llevar tabúes a la pantalla.

Ese reto es digno de mencionar aunque de pretensiones no se vive: no importa que se vean escenas sexuales explícitas que atenten contra nuestro pudor, resulta hasta cierto punto interesante ver cómo los intérpretes intentan desenvolverse en terrenos farragosos, pero falla el armazón, el esbozo de los personajes y las relaciones entre ellos. Es una pena, sobre todo para los que han dejado su impronta en esta película y los que esperaban algo más acerca de este episodio sobre la decadencia de la clase alta en caída libre, que siempre gusta ver en pantalla grande.

Si de algo sirve esta propuesta es para poner de manifiesto que a España pueden venir desde fuera a hacer cine: en Barcelona se recrean localizaciones tan dispares entre si como París, Londres, Nueva York y Mallorca –en Cadaqués sí que rodaron de verdad. Son lugares por los que pasan los herederos del creador de la baquelita, la familia Baekeland, desquiciada, sí, pero con espíritu aventurero o, mejor dicho, escapista. Por cierto, sólo son efluvios ilusorios, ya que, perderse por el jardín de casa, por muy grande que sea, emoción no tiene. Igual que esta película.


Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Crítica: Hula girls

Director: Lee Sang-il
Intérpretes: Eri Tokunaga, Etsushi Toyokawa, Ittoku Kishibe, Shizuyo Yamazaki
Estreno en España: 25 de febrero de 2008


Le damos un 6

Simpática resulta esta incursión en el mundo de la minería japonesa reconvertido en parque de atracciones hawaiano… ¿Insólito? Dejémoslo en curiosa iniciativa que recuerda a El club de los poetas muertos.

El calificativo amable puede conllevar, en su relación con el cine, diferentes acepciones: una película amable puede ser obviable, del montón o, simplemente, insulsa. Releyendo lo escrito, parece que en el término ‘amable’ sólo encontramos connotaciones negativas. En fin, esta película es –y siento repetirme- amable. Lo comprobará si es de los que deciden ir al cine.

La propuesta, a priori, es entretenida: imagine lo que es ver a un montón de hijas de mineros con los atuendos idóneos para echarse un bailecito hawaiano en el frío norte de Japón. Con eso está todo dicho, ahora les toca opinar si el argumento planteado es creíble o no, aunque he de decirles que detrás del Parque Hawaiano de Joban hay una historia real.

Antes mencionamos El club de los poetas muertos, no queremos que se nos queden atrás otros títulos con el ‘todos a una’ por bandera, caso de Tormenta blanca, y con ese ejemplo –prepárense para ciertos empachos- seguro que imaginan por donde van los tiros: el honor, el poder de los sueños, la figura de un ‘alma mater’, el anhelo de labrarse un camino distinto al marcado…

Este viaje de la minería al hula pasa de puntillas por todos estos aspectos, aunque hay un enfoque mayor sobre el peso de la tradición frente a los aires livianos del futuro inmediato. En cine es algo que queda muy bien y esta cinta es, por encima de todo, muy atractiva en términos visuales y, porqué no decirlo, también en términos comerciales.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Crítica: Mal gesto

Crítica realizada por Daniel Galindo y emitida en De Película, de Radio 1.

Crítica: Hacia rutas salvajes

Director: Sean Penn
Intérpretes: Emile Hirsch, Marcia Gay Harden, William Hurt, Hal Holbrook, Catherine Keener, Jena Malone, Kristen Stewart, Vince Vaughn, Brian Dierker
Estreno en España: 25 de enero de 2008


Le damos un 7,5

Confirmado como director preciso, con estilo propio para contar las cosas, Sean Penn propone un relato sencillo aunque de proporciones épicas, más por lo que cuenta que por falsas pretensiones de grandeza.

Dicen que para ahondar en los grandes asuntos que preocupan al ser humano tan sólo hay que mirar dentro de uno mismo. Lo de la búsqueda de la verdad y la propia identidad es ya casi un género en toda regla en la literatura, en el cine… Ahora este título aúna ambos formatos –podíamos incluir aquí el musical, gracias a la magnífica banda sonora-, aunque el best-seller pasa a convertirse en cine de semi-autor.

El actor metido a cineasta abandona el drama urbano al que nos tenía acostumbrado y se decanta por una historia que pide bellas panorámicas, planos arriesgados y tomas en las que el tiempo parece detenerse... ¿Demasiado idílico para la historia tan dura que nos presenta? Puede ser, ahora bien, no importa que una historia tan cruda, la del camino de la superación que emprende un joven perdido, cuente con un envoltorio sugerente, el problema es que a veces uno se olvida del drama que sufre el personaje con la inclusión de efectos visuales como la escritura en pantalla.

Una de las apuestas de esta producción fue el joven actor Emile Hirsch, curtido en series de televisión y cortas apariciones en la pantalla grande. Consigue impregnar de verdad un personaje que podría haberse extraviado entre tanta ínfula literaria de la que puede pecar un soliloquio, pero Penn resuelve la papeleta con un montaje que, no siendo del todo ágil, alivia por momentos –a pesar de que esta historia pide a gritos dos horas de nuestro tiempo, al menos 120 minutos de concentración y evasión de la realidad-.

Hablando de metraje, la película sólo tiene unas cuantas pegas: que se alargue en determinadas etapas del viaje; que el protagonista recuerde a Leonardo DiCaprio –de esto no tiene culpa el pobre-; que la acción se descompense debido a que lo visual se imponga a lo narrativo; y que, en términos generales, la cinta vea mermada sus cualidades por un montón de críticos que la califiquen como obra comprometida, filosófica o iniciática… ¡Nada de eso! Hacia rutas salvajes no es más que una elección de vida, una lección de cine.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Crítica: Déjate caer

Director: Jesús Ponce
Intérpretes: Iván Massagué, Darío Paso, Juanfra Juárez, Pilar Crespo, Mercedes Hoyos, Isabel Ampudia
Estreno en España: 1 de febrero de 2008


Le damos un 7


El que nos legó la excelente 15 días contigo demuestra que es un minucioso ilustrador de paisajes urbanos poblados por seres anónimos que representan a buena parte de nosotros.

No cuesta identificarse con quienes aquí, simplemente, no son: ni adultos ni niños, ni parados ni trabajadores, ni estudiantes, ni delincuentes, ni gente honrada... Jesús Ponce lo tiene muy claro: es tan sencillo como que no son.

El esbozo es acertado, la cámara atina con el encuadre pero, siendo puntillosos, algo ocurre con esta cinta: puede que sea el hecho de que no nos resulte redonda por culpa de un metraje un tanto lineal, a falta de algún giro muy necesario en la historia, un aliento que debería llegar antes de los 'se esperaba', los hechos que precipitan el desenlace previsible. Aún así, en esos ya-no-tan-jóvenes, representantes de una generación indefinida, se ve que hay vertido un concienzudo trabajo para que nada resulte azaroso.

Nada de etiquetas ni pretensiones de cimentar un movimiento cinematográfico que no existe (aunque tampoco estaría mal)... Lo de 'neorrealismo andaluz' que lo acuñen otros, eso sí, la tercera propuesta de Ponce –la segunda, si obviamos el trabajo de encargo que fue Skizo- mantiene paralelismos con un buen número de cintas que, curiosamente, se han rodado en Andalucía y muestran, tampoco esto es anecdótico, una realidad social extrapolable a otras demarcaciones aunque, créanme, son cuadros característicos del Sur.

Conste que quien suscribe estas palabras es andaluz, por eso no hay ningún decoro a la hora de afirmar que nada chirría en lo que relata Ponce por medio de un coro de personajes bien definidos. El cineasta consigue como pocos hacer esbozos que, apoyados en una interpretación rigurosa, realista y sensata, arman el esqueleto de una cruda aunque interesante panorámica que completa las ya trazadas por títulos también destacables, como Carlos contra el mundo y 7 vírgenes.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.