domingo, febrero 03, 2008

Crítica: Hacia rutas salvajes

Director: Sean Penn
Intérpretes: Emile Hirsch, Marcia Gay Harden, William Hurt, Hal Holbrook, Catherine Keener, Jena Malone, Kristen Stewart, Vince Vaughn, Brian Dierker
Estreno en España: 25 de enero de 2008


Le damos un 7,5

Confirmado como director preciso, con estilo propio para contar las cosas, Sean Penn propone un relato sencillo aunque de proporciones épicas, más por lo que cuenta que por falsas pretensiones de grandeza.

Dicen que para ahondar en los grandes asuntos que preocupan al ser humano tan sólo hay que mirar dentro de uno mismo. Lo de la búsqueda de la verdad y la propia identidad es ya casi un género en toda regla en la literatura, en el cine… Ahora este título aúna ambos formatos –podíamos incluir aquí el musical, gracias a la magnífica banda sonora-, aunque el best-seller pasa a convertirse en cine de semi-autor.

El actor metido a cineasta abandona el drama urbano al que nos tenía acostumbrado y se decanta por una historia que pide bellas panorámicas, planos arriesgados y tomas en las que el tiempo parece detenerse... ¿Demasiado idílico para la historia tan dura que nos presenta? Puede ser, ahora bien, no importa que una historia tan cruda, la del camino de la superación que emprende un joven perdido, cuente con un envoltorio sugerente, el problema es que a veces uno se olvida del drama que sufre el personaje con la inclusión de efectos visuales como la escritura en pantalla.

Una de las apuestas de esta producción fue el joven actor Emile Hirsch, curtido en series de televisión y cortas apariciones en la pantalla grande. Consigue impregnar de verdad un personaje que podría haberse extraviado entre tanta ínfula literaria de la que puede pecar un soliloquio, pero Penn resuelve la papeleta con un montaje que, no siendo del todo ágil, alivia por momentos –a pesar de que esta historia pide a gritos dos horas de nuestro tiempo, al menos 120 minutos de concentración y evasión de la realidad-.

Hablando de metraje, la película sólo tiene unas cuantas pegas: que se alargue en determinadas etapas del viaje; que el protagonista recuerde a Leonardo DiCaprio –de esto no tiene culpa el pobre-; que la acción se descompense debido a que lo visual se imponga a lo narrativo; y que, en términos generales, la cinta vea mermada sus cualidades por un montón de críticos que la califiquen como obra comprometida, filosófica o iniciática… ¡Nada de eso! Hacia rutas salvajes no es más que una elección de vida, una lección de cine.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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