lunes, noviembre 20, 2006

Crítica: DOA: dead or alive


Director: Corey Yuen

Intérpretes: Jamie Pressly, Holly Valance, Sarah Carter, Devon Aoki, Kane Kosugi, Natassia Malthe, Matthew Marsden, Eric Roberts, Steve Howey, Brian White

Estreno en España: 17 de noviembre de 2006

Le damos un 3

Otro más, otro video-juego que llega y se estrella en la pantalla. Los responsables de esta producción al menos son conscientes de que están jugando en una liga inferior.

No destaca por el consumo adolescente al que está destinada, sino por el homenaje a todas esas cintas que tienen entidad propia y aquí dejan retales, Matrix y Tigre y dragón a la cabeza.


En la tradición de las adaptaciones de aventuras gráficas, este título se queda lejos incluso de las que tienen todas las de perderse en el olvido de los tiempos, como las irregulares Alone in the dark y Silent Hill. Con un argumento que para estar delante del ordenador es más que suficiente, en su paso al cine no ofrece consistencia alguna.

Tiene más de 30 películas a sus espaldas, sólo una anterior rodada fuera de Hong Kong (Transporter) y por lo que hemos comprobado gracias a ésta, todas prescindibles. Corey Yuen es el director de una orquesta donde los instrumentos desafinan y los músicos se ríen de sí mismos. El sentido del humor que no falte en esta parodia con bikinis, chicas guapas y mucho músculo que por momentos parece una vulgar copia de La casa de las dagas voladoras y Los ángeles de Charlie, perdón, queríamos decir homenaje.

Insulsa y sin sentido alguno, DOA (así, en confianza) demuestra que sus responsables carecen de imaginación pero gozan de un magnifico mecanismo para hacer llevadero un metraje infumable. Parece mentira que la historia no resulte aburrida, aunque otra cosa es que el trabajito tenga cosas positivas a destacar, pocas la verdad: el argumento pide un ágil montaje que imprima ritmo a las escenas de acción.

Es lo único que nos llama la atención, tanto ritmo descompensado que al final nos posiciona ante un desequilibrado conglomerado de ‘peleítas’ y luchas, rodadas con desgana a pesar de que constituyen el grueso del guión. Un libreto, por cierto, repleto de chistes facilones, tópicos machistas y un leve intento de convertir a la mujer en protagonista, y no por su belleza ni su portento en el terreno de las artes marciales. No tiene el más mínimo interés.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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