sábado, febrero 03, 2007

Crítica: En busca de la felicidad

Director: Gabriele Muccino
Intérpretes: Will Smith, Jaden Smith, Thandie Newton, Brian Howe, James Karen, Dan Castellaneta, Kurt Fuller, Takayo Fischer
Estreno en España: 2 de febrero de 2007


Le damos un 4

La experiencia americana del autor de El último beso no es más que una carrera de obstáculos para el personaje con el que nos venden al actor que ya era Will Smith.

La comedia está desprestigiada, al menos en las galas de Hollywood, donde ya te puedes olvidar de recoger un premio si no has sacado al menos una lagrima o mueca triste del espectador. Pero, ¿es ese el principal objetivo de un actor? ¿Llevarse a casa un Oscar conmoviendo de manera mecánica y predecible?

Por ahora es la batalla en la que está inmerso este intérprete ‘de comedia’, dicho esto sin ánimo de resultar despectivos. Lo que no deberíamos consentir es que nos inoculen una cinta prefabricada y hecha a medida para conseguir el adiós de Smith como actor encasillado. No, no es nuestra guerra y tampoco necesitamos tantas enseñanzas moralizantes en una historia de manual que pretende poner de manifiesto, una vez más, que buena suerte y talento no se llevan bien.

Conocemos demasiadas historias de padres-coraje como para sorprendernos con una más en la que el amigo lucha por despojarse del rol de héroe de acción. Sus agentes le dijeron que nada mejor que participar en una película con niño, un drama hasta cierto punto vitalista, una nueva revisión del ya clásico título de superación con el sueño americano de por medio, que para muchos conlleva que otros vivan una auténtica pesadilla.

Es esta una cinta curiosa más por los entresijos de su producción que por el relato archiconocido que nos presenta. El director es el italiano Gabriele Muccino, el que firmó y filmo El último beso y ahora se corrompe con dinero de Hollywood. No es que estuviera llamado a realizar una gran carrera en Europa, pero tampoco iba falto de empuje. En su primera y fallida aventura americana emplea recursos manidos, entre ellos una trama insulsa, plana y previsible.

En definitiva, estamos ante el típico ejemplo de producto comercial con actor que borda un rol, pero no por sus esfuerzos sino por su omnipresencia y contar con un coro de elementos dispuestos para su lucimiento. Y un último apunte: ya no vende eso de ‘basado en hechos reales’ y menos aún si nos embarga una persistente sensación de déjà vu.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuánta razón!, yo opino lo mismo de la susodicha película y de Will Smith. Es más a mi el "basado en hechos reales" fue como la puntilla a una mala película.... predecible, y sin aliciente. En fín, para mí la historia no es la de la lucha de un hombre para conseguir su sueño, es la suerte que tiene un hombre en la lucha por su sueño...Siempre gira la historia entorno a "golpes de suerte" por denominarlo de algún modo para que finalmente todo le salga "redondo"... muy poco creíble.