Director: Jaime Marques Olarreaga
Intérpretes: Juan José Ballesta, Maria Valverde, Patrick Bauchau, Maria Ballesteros, Carlos Kaniowsky, Christian Sampedro
Estreno en España: 22 de junio de 2007
Le damos un 6,5
En el farragoso terreno de las primeras obras destaca una cinta diferente. Así es esta película, sobre todo por el halo de sobriedad preciosista que incide en el goce estético.
Un placer mayor cuando comprobamos que todo el metraje se sustenta en dos figuras, las de dos de los actores con más tirón de nuestro cine y a los que la cámara y el público quieren mucho.
Es verdad que el espectador que acuda a verla saldrá con la idea de que su vista ha tenido un regalo gracias a la más que ‘criminal’ química existente entre Juan José Ballesta y María Valverde, que han dejado de ser valores en alza para convertirse en apuestas seguras.
Una fotografía potente realza la belleza de sus protagonistas y da una nueva vuelta de turca al cine negro, aunque el género policiaco se muestra aquí con ribetes luminosos. Es lo primero que nos atrae de este relato, estructurado a partir de una sugerente y rítmica combinación de planos limpios y estudiados y diálogos medidos que destacan sobre tantos silencios, también milimetrados.
El debutante Jaime Marqués aprueba con nota. Lo hace después de exprimir a sus ideólogos en la materia: Jean-Luc Godard, Robert Bresson, Won Kar-wai, Sam Fuller… Aún así, a esta historia le falta empaque, para que el envoltorio no destaque más que su contenido, como a veces ocurre con ciertas películas llegadas del Lejano Oriente.
Quizás el problema resida en que el aire de tragedia –la pérdida de referentes paternos- sólo impregne la columna argumental sobre la que se disponen las vértebras, es decir, los recuadros anecdóticos, el día a día de dos raterillos elegantes y estilosos. Como toda la película en su conjunto, a pesar de las posibles pegas.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
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