Intérpretes: Ebru Ceylan, Nuri Bilge Ceylan, Nazan Kesal, Mehmet Eryýlmaz, Arif Asçý, Can Özbatur
Estreno en España: 29 de junio de 2007
Le damos un 8,5
Los detalles cobran fuerza y articulan un relato apoyado en la cercanía y en la comunicación no verbal desde la expresividad más absoluta. Y todo envuelto por una atmósfera sosegada.
Hay quien opta por eludir la realidad cuando se pone detrás de un visor. Otros, como el turco responsable de Lejano (Uzak), se decanta por captar el mundo que le rodea y plasmarlo sin interferir en esa comunicación: sencilla, limpia y nada prepotente.
El cineasta acota con el encuadre, por supuesto, pero Nuri Bilge Ceylan otorga primacía a la idea de mantener el tono realista por encima del resto de elementos. Da la sensación de que el autor hubiese ascendido a un estrato superior en el que las miradas, la atmósfera, valen más que cualquier diálogo superfluo.
Viendo este devenir por paisajes emocionales, geográficos y climatológicos, tenemos la sensación de estar entrometiéndonos en la vida de dos personas reales, la pareja protagonista, que lo es también en el día a día. La naturalidad tiene un coste y ese ha debido ser el complicado proceso de rodaje, ya que estar a un lado y otro de la cámara no es tarea fácil. Aún así, el turco da la sensación de que nos pasa las fotografías de su álbum de vida, pero es ficción, no crean lo contrario.
Los climas recibe un tratamiento basado en la sensibilidad, casi se palpa el buen gusto con el que está rodada. Sólo hay un par de escenas algo subiditas pero orquestadas a partir de una certera composición y recogidas con maestría, por medio de largos planos secuencia que nos retornan a nuestro lugar como mirones: al fin y al cabo, sin desentonar, entroncan con ese dar rienda suelta a los deseos más profundos, un acto que puede jugarnos malas pasadas.
Nada pretenciosa, un pelín exasperante en algún momento del metraje –aunque todo está fundado-, la película puede actuar de espejo ya que no será difícil vernos reflejados en ella, atentos si no a su origen: desde el Mediterráneo oriental nos llega esta interesante propuesta para que, en una tarde tormenta, nos seduzcan con las cosas que no se cuentan.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
Hay quien opta por eludir la realidad cuando se pone detrás de un visor. Otros, como el turco responsable de Lejano (Uzak), se decanta por captar el mundo que le rodea y plasmarlo sin interferir en esa comunicación: sencilla, limpia y nada prepotente.
El cineasta acota con el encuadre, por supuesto, pero Nuri Bilge Ceylan otorga primacía a la idea de mantener el tono realista por encima del resto de elementos. Da la sensación de que el autor hubiese ascendido a un estrato superior en el que las miradas, la atmósfera, valen más que cualquier diálogo superfluo.
Viendo este devenir por paisajes emocionales, geográficos y climatológicos, tenemos la sensación de estar entrometiéndonos en la vida de dos personas reales, la pareja protagonista, que lo es también en el día a día. La naturalidad tiene un coste y ese ha debido ser el complicado proceso de rodaje, ya que estar a un lado y otro de la cámara no es tarea fácil. Aún así, el turco da la sensación de que nos pasa las fotografías de su álbum de vida, pero es ficción, no crean lo contrario.
Los climas recibe un tratamiento basado en la sensibilidad, casi se palpa el buen gusto con el que está rodada. Sólo hay un par de escenas algo subiditas pero orquestadas a partir de una certera composición y recogidas con maestría, por medio de largos planos secuencia que nos retornan a nuestro lugar como mirones: al fin y al cabo, sin desentonar, entroncan con ese dar rienda suelta a los deseos más profundos, un acto que puede jugarnos malas pasadas.
Nada pretenciosa, un pelín exasperante en algún momento del metraje –aunque todo está fundado-, la película puede actuar de espejo ya que no será difícil vernos reflejados en ella, atentos si no a su origen: desde el Mediterráneo oriental nos llega esta interesante propuesta para que, en una tarde tormenta, nos seduzcan con las cosas que no se cuentan.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
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