Intérpretes: Jamel Debbouze, Samy Nacéri, Sami Bouajila, Roschdy Zem, Bernard Blancan, Mathieu Simonet, Benoît Giros, Mélanie Laurent
Estreno en España: 30 demarzo de 2007
Le damos un 6,5
Sin que lo entiendan de manera peyorativa, este interesante ejercicio de cine bélico puede funcionar mejor como panfleto contestatario y reivindicativo que como película.
Concebida como homenaje a todos los argelinos que lucharon contra las tropas alemanas en los años 40, esta cinta ha logrado que los grandes olvidados por la Historia reciban distinciones y tributos que van allá de la simple medallita. Nos referimos a la subida de pensiones a los ex combatientes magrebíes, un incremento monetario que sin duda alimenta más que los galones.
Esta puntilla no tiene valor cinematográfico o sí, según se mire. El caso es que hay un trasfondo social e histórico que ha alimentado el interés por este drama que sigue los avatares de un grupo de soldados argelinos que buscan, algunos sin saberlo, su lugar en el mundo, una historia que deja patente la supuesta relevancia de las banderas y los símbolos. Pero esa si que sería otra cruzada.
Ver la guerra con otros ojos y contar las batallas de otra forma. Ese es el principal acierto de esta película que mucho tiene que ver, en su forma y en las intenciones, con el dueto formado por Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. Adentrarse en el terreno del drama bélico no es tarea fácil, romper con los patrones establecidos ya parece una locura e introducir carga crítica puede hacer que uno se gane más de un enemigo.
Entre balas perdidas y la desazón contagiosa de los personajes destacan los diálogos, no exentos de verdad y sutileza. Me recordaron grosso modo y sin tanta ironía a los de En tierra de nadie, otro curioso ejercicio de cine bélico con sustancia. La ópera prima de Danis Tanovic nos presentó la guerra de los Balcanes desde otro punto de vista. Rachid Bouchareb sugiere una visión diferente acerca de la Segunda Guerra Mundial que todos conocemos, de la idea de patriotismo y de la distinción entre clases y razas: al final, y mucho más en la lucha por la defensa de un país, todos somos iguales.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
Concebida como homenaje a todos los argelinos que lucharon contra las tropas alemanas en los años 40, esta cinta ha logrado que los grandes olvidados por la Historia reciban distinciones y tributos que van allá de la simple medallita. Nos referimos a la subida de pensiones a los ex combatientes magrebíes, un incremento monetario que sin duda alimenta más que los galones.
Esta puntilla no tiene valor cinematográfico o sí, según se mire. El caso es que hay un trasfondo social e histórico que ha alimentado el interés por este drama que sigue los avatares de un grupo de soldados argelinos que buscan, algunos sin saberlo, su lugar en el mundo, una historia que deja patente la supuesta relevancia de las banderas y los símbolos. Pero esa si que sería otra cruzada.
Ver la guerra con otros ojos y contar las batallas de otra forma. Ese es el principal acierto de esta película que mucho tiene que ver, en su forma y en las intenciones, con el dueto formado por Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. Adentrarse en el terreno del drama bélico no es tarea fácil, romper con los patrones establecidos ya parece una locura e introducir carga crítica puede hacer que uno se gane más de un enemigo.
Entre balas perdidas y la desazón contagiosa de los personajes destacan los diálogos, no exentos de verdad y sutileza. Me recordaron grosso modo y sin tanta ironía a los de En tierra de nadie, otro curioso ejercicio de cine bélico con sustancia. La ópera prima de Danis Tanovic nos presentó la guerra de los Balcanes desde otro punto de vista. Rachid Bouchareb sugiere una visión diferente acerca de la Segunda Guerra Mundial que todos conocemos, de la idea de patriotismo y de la distinción entre clases y razas: al final, y mucho más en la lucha por la defensa de un país, todos somos iguales.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
1 comentario:
La engreida derecha y el decantado patriotismo franceses quedaron seriamente averiados por esta película argelina.
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