viernes, marzo 30, 2007

Crítica: Nordeste

Director: Juan Solanas
Intérpretes: Carole Bouquet, Mercedes Sampietro, Juan Pablo Doménech, Goya Toledo, Enrique Piñeyro, Ignacio Jiménez, Aymará Rovera

Estreno en España: 30 de marzo de 2007

Le damos un 4

Querer no es poder: así podemos referirnos a esta pobre película donde destaca la presencia de Carole Bouquet, que se esfuerza por no parecer perdida, y no en la traducción precisamente.

Era un chiste demasiado fácil, lo siento. El caso es que la actriz francesa pone toda la carne en el asador y demuestra que es una gran actriz y mejor persona al hacer gala de su conciencia social y cinematográfica apoyando productos condenados al olvido.

A veces salvamos una película por sus buenas intenciones. Las de Juan Solanas no son discutibles: pretende dar detalles acerca de la adopción internacional que puede rozar la ilegalidad, intenta mostrar el drama de una madre frustrada por no poder dar un presente a su hijo, aspira a narrar una historia con interés... En definitiva, promesas y más promesas que no son suficientes para sustentar un largometraje de este calado.

Se echa en falta, entre muchas otras cosas, una claridad de planteamiento formal: en su inicio tenemos en paralelo dos relatos que mantienen un interés relativo hasta que se cruzan; si ya nos costaba asimilarlas por separado, debido al falso tono documental y la ausencia de ritmo fílmico –no basta con emplear distinciones de fotografía del tipo Traffic-, a partir del minuto 20 discurren por un camino plano donde sólo sobresalen las pinceladas sobre el entorno en el que se desarrolla la historia.

Mención especial merecen los diálogos, que se esfuerzan en ser naturales: hay una secuencia inicial con Goya Toledo y Bouquet de la que no les digo nada. En definitiva, además de la pobreza general de la producción –y no vale eso de que con poco presupuesto no se hacen milagros-, todo resulta previsible. Esto ya podría hundir una historia pero, por si fuera poco, añadimos el sopor que nos produce a lo largo de 104 minutos que se nos antojan interminables.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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